Inteligencia no es sinónimo de
sabiduría. La diferencia entre ambas es vital para tener éxito en esta vida y
conquistar la felicidad eterna. No alcanza con poseer el conocimiento. Hay que
ser sabio para dar el paso correcto en el momento oportuno y en la dirección
adecuada. El espejismo del conocimiento humano desprovisto de la sabiduría
divina es la trampa que pierde a muchos en nuestra época. Un verdadero
cristiano reflexiona y está dispuesto a cambiar el rumbo de su existencia
cuando reconoce que su inteligencia se desvanece frente a la sabiduría
celestial. Los consejos cotidianos que el pastor Alejandro Bullón comparte en
estas páginas son el resultado de su propia experiencia, como evangelista
público y siervo de Dios, al encontrarse con personas que han decidido aceptar
o rechazar el camino de la sabiduría. Además, son un testimonio incuestionable
del poder de la palabra de Dios para cambiar la dirección de una vida
equivocada. De manera que si cada día atesoramos las joyas de la sabiduría
expresadas en Salmos y Proverbios, andaremos con ventaja la jornada que se nos
ofrece.
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