«Porque nada de lo que hay en el mundo —los deseos de la
carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida— proviene del Padre,
sino del mundo» (1 Juan 2:16).
La Biblia enseña
que solo hay dos caminos: uno bueno y otro malo, el camino a la vida eterna y el
que lleva a la perdición. No hay, como algunos quisieran, una tercera vía, la
calle de en medio. Jesús habló de esos dos caminos en Mateo 7:13, 14. Hoy
hablaremos de qué significa transitar por el camino
ancho.
Cuando estoy al
volante de mi automóvil, prefiero circular por una cómoda autopista de dos
canales a hacerlo por una carretera de un solo canal. Una autopista tiene más
espacio y me permite conducir con más rapidez y seguridad. Jesús habló de una
puerta ancha y de un camino ancho (en términos modernos, una autopista). Como el
camino ancho tiene un acceso cómodo y fácil de seguir, está muy transitado. En
la ilustración de Jesús, el camino ancho representa los caminos del
mundo.
En esta carretera
usted no tendrá problemas para entrar porque el acceso es muy amplio. Por esa
vía puede circular «todo lo que hay en el mundo; los deseos de la carne, los
deseos de los ojos y la vanagloria de la vida» (1 Juan
2:16).
Circulando por
esa carretera usted jamás se sentirá solo; siempre estará bien acompañado,
porque es fácil de seguir. Pero recuerde que la multitud siempre lleva por mal
camino. «Hay camino que al hombre le parece derecho, pero es camino que lleva a
la muerte» (Prov. 16:25).
«Por el camino a
la muerte puede marchar todo el género humano, con toda su mundanalidad, todo su
egoísmo, todo su orgullo, su falta de honradez y su envilecimiento moral. Hay
lugar para las opiniones y doctrinas de cada persona; espacio para que sigan sus
propias inclinaciones y para hacer todo cuanto exija su egoísmo. Para andar por
la senda que conduce a la destrucción, no es necesario buscar el camino, porque
la puerta es ancha, y espacioso el camino, y los pies se dirigen naturalmente a
la vía que termina en la muerte» (Así dijo Jesús [APIA, 2007], cap. 6, pp. 211,
212)
Escoger el camino
ancho es un error. El camino angosto es el camino correcto. Basado en Mateo 7:
13,14
Tomado de
Meditaciones Matutinas
Tras sus huellas,
El evangelio según Jesucristo
Por Richard
O´Ffill
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