miércoles, 5 de octubre de 2011

El mensaje de la cruz vacía

Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado. ( 1 Corintios 2:2)

Desde mi ventana miro el césped seco de Brasilia, y pienso: ¨ Otra vez se murió el césped ¨.- La meseta sobre la cual se levanta Brasilia tiene un clima ingrato.- De mayo a septiembre no cae una gota de agua, y la humedad del aire llega a límites alarmantes. Uno mira el césped y siente dolor. Se siente la impresión de que nunca volverá a renacer, de que esta definitivamente arrasando.

Entonces un amigo se acerca y me dice: ¨ Tú no conoces el césped de Brasilia. Espera a que caigan las primeras lluvias y, de donde pienses que ya no existe, renacerá el césped ¨.

Puede que te estés preguntando: ¨ Que tiene que ver conmigo el césped de Brasilia? ¨ Te respondo: ¨ Mucho, porque en el atardecer el año que se fue, tal vez quedo por allí un plan marchitado por el tiempo, o un sueño cubierto de polvo por las circunstancias. No importa, las primeras gotas de lluvia de un año nuevo están llegando, y de ahí, de donde parece que no hay nada mas, puede renacer la esperanza¨.

A lo largo de los años imagine muchas veces la cruz de Cristo. He pensado en ella de muchas formas. He visto y llevado a mucha gente a mirar al Salvador, que dio su vida para salvar a la humanidad. Hoy quiero desafiarte a mirar la cruz vacía .

¿Sabes por qué? Porque en la cruz, cuando Jesús murió, todo parecía perdido. Todo su trabajo parecía malogrado.
¿Donde estaba el fruto de su obra? ¿Donde estaban los resultados de su esfuerzo? Sus discípulos lo habían abandonado; todos sus sueños parecían haberse convertido en cenizas. ¿Te paso algo parecido alguna vez?

Entonces, mira la cruz ; obsérvala vacía, sin nadie. ¿Sabes qué quiere decir eso? Que puede acontecer una una aparente derrota. O puede parecerte que el mal está triunfando sobre las esperanzas y los sueños. O quizás te sientas triste, viendo como la obra a la cual le dedicaste toda tu vida parece caer a pedazos a tus pies.

La derrota es un hecho trágico y real. El fracaso puede ser doloroso y amargo.

¿Pero, por cuanto tiempo? Por hoy y mañana, tal vez. Sin embargo, al tercer día la tristeza se transformará en alegría, y la derrota en victoria; la muerte dará lugar a la vida.

Desde mi ventana veo el césped seco de Brasilia, y ya no me siento triste. Miro hacia arriba y no veo ni una sola nube anunciando lluvia, pero sé que la lluvia vendrá, como viene el mes de enero cada año. Y entonces la vida renacerá, los sueños reverdecerán y la tristeza huirá para dar lugar a la alegría.

Este es el mensaje de la cruz vacía y del césped seco de Brasilia.

Obtenido de Meditaciones Matinales para
Adultos, A solas con Jesús por el Pastor Alejandro Bullon.
Copyright 1998.

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